La eutanasia en Venezuela

A pesar que el derecho a la vida figura dentro de los principales derechos humanos, para su opuesto, la muerte asistida, el marco legal en muchos países ha sido difícil de concertar y en otros casos, ha sido prohibido taxativamente.

La acción ejecutada por el personal médico o por un familiar, busca acelerar la muerte de un paciente desahuciado y con su consentimiento, con la finalidad de aminorar el sufrimiento y acelerar un fin ineludible. Existe además, una modalidad con la que la eutanasia guarda similitudes, llamado suicido asistido, donde profesionales de la medicina u otras personas le facilitan usualmente medicamentos a la persona que ha decidido ponerle fin a su existencia. Siendo legal en Suiza, Bélgica, Holanda y Luxemburgo en algunos países restantes se debate éste sensible tema que abarca aspectos entre ética, compasión, derechos y religión.



En Venezuela, además de no existir marco legal que ampare los posibles casos de eutanasia y considerando la vida inviolable, como reza en el Artículo 43 de nuestra Constitución: El derecho a la vida es inviolable. Ninguna ley podrá establecer la pena de muerte, ni autoridad alguna aplicarla. El Estado protegerá la vida de las personas que se encuentren privadas de su libertad, prestando el servicio militar o civil, o sometidas a su autoridad en cualquier otra forma.

Además de la Declaración Universal de los Derechos humanos, el basamento legal que impide la realización de la eutanasia y suicidio asistido en Venezuela, se ampara principalmente en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y en otros textos legales como la Ley del Ejercicio de la Medicina, la Ley Orgánica de la Salud y el Código de Deontología Médica.



Al respecto, Daniela Parra, presidenta del Colegio de Médicos del Estado Zulia, explicó: “los médicos venezolanos se rigen por el Código de Deontología Médica que nos enseña que debemos indicarles a los pacientes terminales —aquellos cuya enfermedad hace que no duren más de tres meses con vida— que pueden sobrellevar la enfermedad con los tratamientos requeridos en un ambiente de cuidado familiar y con la guía espiritual que su fe así lo requiera. Nosotros —los médicos— no estamos autorizados por las leyes venezolanas a realizar un suicidio asistido o practicar la eutanasia. En caso de un enfermo terminal que esté conectado a una máquina solo podemos proceder a desconectarlo si existe muerte cerebral”.

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